Lo que he hecho este verano (Rusia)

Como me motivaron para seguir escribiendo no fallaré esta vez y contaré las aventuras del verano.

Era un verano en el que no quería viajar mucho, la verdad era muy buena idea quedarse austero y vivir en Suecia unos días, pero entre amigos y familia no me dejaron descansar y qué bueno que así fue !!!

Lo primero fue San Petesburgo, Rusia. Mis amigas Natasha y Masha me invitaron cordialmente a sus casas, era una oportunidad que no se puede desperdiciar, especialmente por el gran problema que es ir a ese país. Francamente parece que se protegiera de los turistas, la burocracia necesaria para ir es un verdadero problema !!

Como parte de la aventura para ir fue conseguir los papeles necesarios les voy a contar como estuvo así de paso les sirve para aquellos aventuraros que se quieran dirigir a la madre tierra del vodka.

Se necesitan tres cosas para ir a Rusia, una visa, una invitación y un boleto de avión. Lo primero a conseguir es la invitación y es donde vienen todos los problemas. Hay mil sitios de internet que ofrecen mandar una invitación a tu nombre a cambio de unos dólares y es un acto de fe esperar que la manden. Me tomó días en diferentes foros de internet encontrar un sitio que no se viera tan tranza y que al parecer si me fuera a enviar mi invitación y no vaciarme la tarjeta de crédito cuando le pagara la cuota. Al mismo tiempo, para estar seguros, Natasha estaba tramitando una invitación privada desde Rusia. Como era de esperarse, la invitación de Natasha si llegó y la de la agencia esta llegó cuando regresé de Rusia.

Tramitar la visa para Rusia, siendo mexicano en Suecia era todo un acertijo, inclusive para los agentes del consulado ruso en Goteborg, pero luego de tres días y mas dinero conseguí mi estampita rosa en el pasaporte, compré mi boleto y salté el Báltico para entrar a la ciudad de Pedro el grande.

Tal como me contaron, todo es grande en Rusia. Del aeropuerto al centro de la ciudad, kilómetros y kilómetros de edificios idénticos, viejos y donde la gente sigue viviendo desde el comunismo. En algunas partes, los edificios viejos, contrastan con las nuevas colonias de edificios modernos y coloridos que los últimos años han traído a la ciudad. Como si por veinte años, Rusia hubiera estado dormida.